La he escuchado, estoy segura,
segura en mi incertidumbre.
Tendida, sola con mi soledad,
Era tu
voz
,
inequívoca,
acogedora,
armoniosa como la luz,
suave como la sonrisa de un bebé.
lisa como una pared.
El desfiladero que tu cuello
formaba,
ya no vive en mi montaña
escondida,
lisa, lisa como esa pared sin
grumos.
He escondido bajo la caricia de
las sábanas,
mi cara, mi angustia, todo mi ser
para no enterarme
de que tu
voz no está,
que su susurro ya no me mima
que la oigo sin existir, cercana,
lejana,
bailando a mi alrededor.
Tu voz, espejismo de mis
noches,
ya nunca volverá a
acompañarme.
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