jueves, 23 de octubre de 2014

NOCHE SIN SUEÑO




Suena el viento

arrastrando las hojas caídas

que mueren sin lamentos.

La corriente abre puertas y ventanas

robando sus secretos.

Se oyen pasos

que se pierden en la lejanía.

El aullido de una sirena

compite en urgencia con la muerte.

Penetra el ruido

del camión que limpia las calles
 
sin limpiar las almas.

El instinto trabaja,

avisa de las sinrazones,

de las infamias.

La conciencia se tapa la cabeza.

Nunca la soledad duele tanto

como en la calma de la noche.

No puedo dormir.

DE NUEVO NAVIDAD




 

La lluvia despacio mojaba las calles

haciéndolas brillar como cristales.

Las gotas al caer entre las luces

parecían estrellitas

que al chocar contra el suelo

se deshacían
 
La gente cargada de paquetes

con cintas de vivos colores,

soñaban regalos de fiestas.

El aire trajo un villancico:

“Hace tiempo Dios nació,

y un pesebre lo acogió.

Tres reyes que eran de Oriente,

le trajeron sus presentes.

Cantemos la Navidad,

Cantemos la Epifanía”.

La lluvia no me calaba,

la ilusión del momento me protegía

como un vivo impermeable .

El olor a tierra húmeda,

las luces, la música

y la ilusión que bailaba

en las pupilas de los más pequeños,

me gritaban sin voz

que otra vez era Navidad,

y mi alma de nuevo se hizo niña.