jueves, 24 de enero de 2019

ENTERRANDO MI CORAZÓN


 

 

Todos los días

daba sepultura

a los que se van

convertido tal vez

en espíritus felices.

Dentro de una cama eterna

yacía mi corazón.

Un padre no puede

enterrar a su hija.

El dolor no me dejaba respirar.

Quería meterme dentro

y abrazarla, abrazarla,

para no separarme nunca.

La dureza de la vida

era una agónica fiera.

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