La
luz con su fulgor
me cegaba.
Dudaba
si venía del cielo,
de
mis sentidos.
del aire que se mueve
o
estaba dentro de mí.
¿Me
envolvía?
¿
o era yo quién la envolvía?
La
lucha con esa luz
tejía
una oscuridad tenebrosa
en
mis entrañas
queriendo
doblar mi rodilla.
No
sabía si era inconsciencia,
o
anhelo por alcanzarla.
Perdida
iba y venía a su captura.
Y
entre mis dedos la quimera
de
que me inundase de nuevo.
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