La
angustia me come viva.
Son
muchos meses
de
jugar a una mala lotería
¿Me
tocará?
No
lo sé y cada persona
con
la que me cruzo,
me
atenaza como un mal augurio.
Intento
templar mi cabeza,
hacer
planes…
Posibles
o impensables.
¿Voy
a la cirugía plástica y me animo?
Al
pensar en el olor de los hospitales,
en
las batas blancas,
en
la falsa promesa
de
que el dolor dolerá menos,
me
hiere como si ya
me
hubiesen cortado.
No
lo descarto,
el
miedo al cuadrado se neutraliza.
Mi
mente viaja sin realidad.
La
tele me aburre,
huyo
de las noticias
y
del número de rebrotes,
Me
confino en casa,
alejo
hasta a la familia.
Ni
siquiera pensar en ti
me
divierte.
El
mal no me ha llegado
pero
me está poseyendo
cómo tela de araña.
Cada día me deja una muesca nueva
que
me está cambiando.
Nunca
seré ya la misma.
Aunque coincido en tus percepciones, tengo la esperanza de que esto pase y solo sea un mal recuerdo. Lo sabes expresar muy bien.
ResponderEliminarQué maravilla! Como expresas esa angustia que sentimos, esa tensión tan extraña que nos invade.enhorabuena de nuevo autora!
ResponderEliminarYo también siento angustia ante una situación que nos desborda, pero tu sabes poner las palabras adecuadas. Haces tuyo el sentir de muchos. Gracias Maribel
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