Es
pequeña, poco más de dos añitos.
Entra
en mi casa
con
sus manitas extendidas
para
que le eche gel inmunizador,
como
si fuese gloria bendita
y
lo es.
Mi
corazón se llena de tristeza
cuando
la veo dando
besitos
a una muñeca
y
mi alma se hace agua
al
salir por mis ojos.
Apenas
lleva tiempo
en
este mundo
y
ha tenido que prescindir
de
besos, caricias, arrumacos
que
tanto necesita,
de los abuelos y de seres queridos.
No
lo comprende,
pero
lo sabe,
mantener
distancias
para
que esta no se vuelva
desde
el Cielo.
Por
eso besa a su muñeca
mientras
yo lloro en silencio.
No te pongas triste, que cuando esto pase los vamos a gastar de tanto besarlos. Ya veras
ResponderEliminarQue pena!!! luego haremos cosas, pero el tiempo pasado no se recuperara. Peor lo llevarán los que han perdido seres queridos, que no volverán.
ResponderEliminarQue pena que se tenga que perder esos besos y abrazos. Si lo hacemos bien, terminará está situación antes.
ResponderEliminarQue precioso y sentimental!
ResponderEliminarQué pena, pero qué bonito lo has dicho. Los niños son sabios.
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