Camino por un puente
lleno de historia,
y me miro en sus claras aguas
que reflejan el color del cielo,
el más azul del mundo,
incluso con nubes.
Me paro ante la dorada Torre
redonda y pequeña,
llena de oro en sus entrañas.
Despacio me acerco
a la gran Catedral,
tercera en magnitud del orbe,
y patrimonio de la humanidad,
con sus piedras calcarenitas
y sus vidrieras de colores
que te suben al paraíso.
Al lado, vigilando la ciudad,
esa Torre única,
mitad mora, mitad cristiana
porque así lo quisieron.
De tanta belleza duele la
vista.
Y sigo y me pierdo
por la blancas callejas
del barrio que toma
su nombre Santa Cruz
para adentrarme en unos
jardines
que se llaman como ese gran
pintor
que jugó en esta tierra.
Siento que en el Edén
no hubo jardines más hermosos.
Ya mi cuerpo cansado se reclina
en uno de sus bancos.
Bancos que invitan a la
tranquilidad,
y a la meditación.
Sopla un poco de viento
una brisa húmeda en este día,
alertando mis sentidos.
Es mi patria chica,
Porque Sevilla es Andalucía
y Andalucía toda bella,
tiene y acuna a Sevilla.
Fuera de poema:
No tengo más remedio que ponerlo.
Unos votos "malajes"
han puesto al frente de la Junta,
a unos avariciosos sis límites.
Adiós a la sanidad y educación
públicas, a la dependencia,
Y gestiones pésimas y aprovechadas
que nos están llevando a la ruina.
Por eso os recuerdo:
ANDALUCES "¡LEVANTAOS!".
Hay que echarles, YA: