Ha salido el Sol y me ha dado
sus buenos días.
Salgo a la calle con buen ánimo
y una leve sonrisa.
El demonio de la irritabilidad
me espera agazapado.
Alguien tropieza conmigo,
me duele el empujón,
ni se vuelve a disculparse.
Espero el bus de mi próximo destino.
Tarda como si le diese
pereza venir.
Nuevos empujones,
el chófer parece sacado de un rally.
Mi cara se va torciendo,
la incipiente sonrisa ha desaparecido.
Una oficina pública,
un papel que no aparece,
alguna compra fallida.
No he visto a nadie que me alegre.
Vuelvo cansada y con poca moral.
Hay días de los que esperas esperanza,
pero te traen lo que quieren.
Mañana será mejor.
Antes, las buenas noches
y mis sueños perdidos.
Pues sí. Hay días así. Como siempre, muy bien expresado.
ResponderEliminarDas en el clavo. Cuantas veces me he visto en esa situación, pero hay que seguir. Un abrazo Maribel.
ResponderEliminarHay mas dias asi de los que debiera. Que bien lo trasmites
ResponderEliminarEste es uno de esos días que dices, me gustaría no haberme levantado.
ResponderEliminar