Se acerca la Navidad.
Este año con pocas sonrisas.
Una tristeza en el alma
nos lleva a mirar hipnotizados
a esos operarios,
que colgados como ángeles,
van poniendo bombillas,
diseñando arcos y figuras creativas
que iluminarán solo calles vacías.
En casa con pocos familiares.
es preciso.
Algunos, por estar lejos, las pasarán
sin nadie a su lado.
Y saco el árbol y lo vuelvo a su caja.
Las figuras del Belén
las miro y me echo a llorar.
Es ese cuervo de enfermedad y muerte
que nos hace la ronda
y se ha llevado ya a tantas personas.
Quizás cuando la Navidad
esté olvidada,
y otras fiestas también.
llegue esa esperanza soñada
que nos libre del mal.
Y saldremos por fin todos a las calles
riendo,
cantando,
bebiendo la vida.
De nuevo nos abrazaremos,
y nos daremos esos besos guardados.
Entonces, solo entonces,
nos desearemos ¡Felicidad!
No se puede describir mejor el sentimiento común, que tantas personas hemos tenido. Gracias
ResponderEliminarLeyendo este poema, la segunda navidad azotada por esta desgraciada pandemia para la humanidad que permanecerá hasta el último día de nuestras vidas, solo puedo sentir oscuridad, el tiempo se paró en el año 2019.
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