Me repelen tus amoríos.
Advierto la capa tras
la que te escondes.
Tu poca valía
se derrama a chorros.
Eres demoledor sin fisura.
Los años, que no perdonan,
a ti tampoco
Entre nubes de algodón
veo una cama hermosa
como jardín de flores,
y, en medio, nosotros.
Sé que no te quiero,
pero existe un imán
tirando de mi esencia
que no logro destruir.
Y eso, me asusta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario