LAMENTOS SALADOS
Al
filo del mar
las olas en la orilla
parecen protestar
porque no alcanzan el cielo.
Las miro y las comparto,
siento el agua
como turbio vaso,
dentro de mi.
Cada ola me recuerda
el paraíso perdido.
El corazón sin amor
es difunto que yace.
Amores que se fueron
sin saber por qué,
sin saber adonde,
dejándote un corazón vacío.
Mi desesperación
lo nubla todo,
me sacude
y me obliga
a coser mi alma
con dobladillos invisibles.
TU HUIDA
Tus manos sobre mi cuerpo
caricias esperadas,
sueño y despertar
de mis días,
culminación de mi todo.
Un día de verano te fuiste
como hoja que arrastra el viento
y no se resiste.
Ahora mi tiempo no tiene esperas
el reloj ha enmudecido,
no tiene sabor,
o es más amargo
que la propia muerte.
ENVEJECEMOS SIN REMEDIO
El espejo me devuelve
una imagen irreconocible
Todos los años,
están impresos
en los dobleces de mi piel
y que nacieron sin notarlos.
Mi alma rebosa de cicatrices
que gritan con una voz
que el tiempo no escucha,
que ha pasado en mil formas
con lluvia, con truenos,
tranquilo…
Dejando huellas,
que no se borran nunca
y que el espejo no perdona
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