Juegas a la comba,
una voz amada
te llama al descanso
con una canción conocida
y los besos más dulces.
cada día un poco más.
Al final los cambias
por un trabajo
sin emociones,
o quizás por lo que soñabas.
El despertador
se vuelve tu sinfonía diaria.
Hay amores y desamores.
Encuentros y desencuentros.
Formas tu propia familia,
o tal vez, solo tal vez
estés solo con los espejos
de tu habitación.
Llegan las canas,
el cansancio,
los huesos duelen.
Buscas nuevas ilusiones
para llenar los días
que aún te queden.
O quizás ya no busques nada.
Otros niños juegan ahora
y ni cuenta te das.
Me gusta mucho tu forma de comunicar poéticamente sentimientos.
ResponderEliminarDe acuerdo con el anterior comentario.
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