No hay sonido más bello
que la risa inocente
de los pequeños.
Cualquier caricia suya
es bálsamo para la vida.
Alborotan y palmotean
ante las cosas sencillas.
Con un beso borras esas lágrimas
que a veces brotan
de sus ojitos abiertos a todo.
Con el sabor de esa dulzura
estallan en mi mente
mil fieras desbocadas,
por el dolor que te retuerce
cuando unas manos crueles
hieren tanta blancura.
Si existe Dios,
truene su castigo .
Qué bien definid@ la inocencia que emanan los niñ@s. Horrible crudeza que no entiende nuestras cabezas
ResponderEliminar