Las
olas besando la playa
le
roban puñaditos de arena.
Un
barco anclado se balancea
sin
importarle el tiempo.
El
Sol con sus rayos
abraza
la vida.
Todo
es azul
y
trajes de baño multicolores
sobre
cuerpos bellos,
se
pasean ignorando
tanta
vida.
Otros,
inmóviles,
atesoran
el moreno que anhelan.
Es
un día de playa,
de
un verano cualquiera,
que
pasa ajeno
al
cambio de intérpretes
que
inexorable llega.
Me impregna y me engulle este poema.
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