
La
luz atraviesa mi ventana
y
me despierta.
Como
entre sueños
hago
mis ejercicios matutinos
Una
ducha templada
acaba
ni somnolencia.
Me
arreglo sin mirarme
porque
me duele
que
el tic tac del reloj
no
sea compasivo.
Enciendo
la tele
sin
escucharla.
Me
tomo un café caliente
mientras
me sumerjo
en
mis pensamientos.
Salgo
a la calle
repleta
de miradas aburridas.
Las
mismas historias,
las
mismas tareas,
las
mismas compras.
A
veces,
el
encuentro de un amigo
o
el de un antiguo amor,
le
dan al día un tono diferente,
un
sueño a mis fantasías.
A
final vuelvo sin saber si he vivido
o
solo ha pasado el tiempo.
Me
espera el fingido abrazo
de
mi almohada
y
la solitaria escarcha
de
las sábanas.
Mañana
la claridad impertinente
Qué tristeza de soledad y realidad me transmite este poema.
ResponderEliminarCarmen, cuantos comentarios me has puesto y a cual más bonito. Veo que se te da muy bien escribir. ¿No te has puesto nunca a hacer poesía?. Me parece que tienes una poeta dentro de ti. Yo te animaría. Muchas gracias y un fuerte abrazo
EliminarSon palabras mayores que me alagan M. Carmen. Soy amante de la cultura en general, me apasiona la literatura y la pintura quizás las dos van muy unidas pero jamás se me pasó lo de escribir poesía. Muchas gracias por tu reflexión.
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