Cuando
el río suene
sin
llevar piedras,
cuando
la lluvia amaine
y
el cielo sea más azul,
me
saldrán alas blancas
y
cruzaré mares y tierras.
Me
pararé en la puerta
de
todos los comensales
de
paz y armonía,
y como
arpa hechicera,
con acordes tranquilos,
acariciaré
sus mentes
llenas de esperanza.
Muchas gracias por tus poesías.
ResponderEliminarGracias a ti. Los comentarios de los lectores ilusionan y estimulan mucho
ResponderEliminarQué relajante y bonita poesía. Gracias
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