Las
vacaciones se van agotando,
y
los relojes en un cajón se inquietan.
Descanso
no para todos,
para los afortunados.
Y
para esos falsos dioses del Olimpo
Como
los que regresan
con
sus batas médicas ya famosas,
y
sentados en sus laureles,
se
ven por encima de los humanos
porque
sanan y salvan vidas,
con
un poder que no es del cielo.
A
algunos solo les gusta
el
tintineo del dinero en sus bolsillos.
Cuando
se produce un fallo,
la
gloria se les escurre entre los dedos.
Otros,
llevan gorra y uniforme
y
cruzando el cielo
parece
que les pertenece.
Pero
si una imprudencia
estrella
su nave, es día de luto.
Hay
ciertos dioses de pensamiento.
Esos
que imponen.
con
sus birretes, togas y mazos.
En
una mano, llevan la ley,
en
la otra, la justicia,
que
no siempre casan.
Al
regreso, a estos dioses de papel
les
seguirán las miradas
de
los que, sentados
en
los escalones más bajos de la vida,
nunca
irán de vacaciones.
Es
un engaño, no hay dioses
solo
seres humanos.
Poniendo a la gente en su sitio. Claro que sí
ResponderEliminarEstupendo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. La realudad pura y dura. Un abrazo Maribel.
ResponderEliminarTriste pero cierto!
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