lunes, 5 de octubre de 2020

PATIOS

 



 






La palabra patio siempre lleva

a ensoñaciones.

A mí me asfixia.

Me recuerda esa fuente

con azulejos blancos,

llenos de verdina en invierno

que con mis manos,

de apenas diez años de vida,

tenía que quitar frotando.

Nunca más hubo una fuente

en ningún patio mío.

Y esos bichillos asquerosos,

pequeños reptiles que se movían

al cambiar las macetas

para  limpiar el suelo de rodillas.

Nunca más hubo en mi vida

ni macetas ni patios.

 No me gustan.

4 comentarios:

  1. Todo lo contrario me pasa a mí. Reunión familiar, meriendas. Mi pozo con el agua fresquita en verano me encantaba tirar de la soga. Recuerdos de mi niñez

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Carmen; por tus siempre amables y bonitos comentarios. Te contesto en este poema al filo de lo que citas tú que te evoca la palabra patio. Evidentemente, así lo comienzo, que lleva a ensoñaciones, pero a veces... Nada es blanco ni negro. Un abrazo

      Eliminar
  2. Cierto. Así es la vida! Gracias Carmen un abrazo

    ResponderEliminar