Las lágrimas se liberan
cuando se escucha:
“Te quiero con todo mi corazón”.
Falacia, el rey de nuestro
cuerpo
no manda en el amor.
Se quiere con la mente.
Tú encontraste una rendija,
aunque cerrada a cal y canto,
y te aposentaste en mi ser.
Te miro y no veo a nadie
que me emocione,
pues me emocionas.
Te escucho palabras huecas,
pero tu tono me sosiega.
Si me rozas, me haces trizas.
Sé que con un pequeño esfuerzo
saldrías despedido,
más no quiero hacerlo.
Me ilusiona verte,
aunque no me mires como deseo
aunque no me digas
las palabras de mis sueños,
aunque no roces mi piel.
Son las sombras negras
de los sentimientos
que corretean por la mente,
y eres una lucecita
que me da vida.
No quiero que se apague,
no todavía.
Llegará su momento.
Tengo
otro blog que ya no venía usando
(con
seudónimo Trinidad García)
Lo
he activado copiando
los
tweets que pongo en Twitter.
y
otros escritos.
Enlace:
http://www.misopinionespublicadas.blogspot.com
Muchas
gracias. (Pásalo si te gustan)
Qué buen describes el deseo, con qué fuerza. Me encanta
ResponderEliminarPrecioso. Parecen palabras de una enamorada, o por lo menos lo he sentido así.
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