
Sus pasos en la entrada,
el miedo de cada noche
¡cállate! tú tienes la culpa.
dolor,
sangre,
humillación
y la impotencia
en el infame lecho.
El silencio de después.
El mañana será igual.
Desoués de tanta tormenta
un día salió el sol
con la esperanza
vestida de cielo.
Y en un nuevo lecho
encontró la alegría,
doblada a veces
por las secuelas del miedo,
del dolor y de la angustia
que nunca se irán del todo.
El día continuado de muchas mujeres, a las que tal vez,no llega nunca la esperanza.
ResponderEliminarAsí es por desgracia, esperemos que poco a poco esto cambie por el bien de todos. Un abrazo Maribel
ResponderEliminarEs una experiencia terrible para aquellas mujeres que lo sufran. Por eso no podemos cansarnos de gritarlo a voces.
ResponderEliminarPor desgracia, es una situacion más habitual de lo que pudiera parecer.
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