Al pie del cañón,
con batas verdes o blancas.
En 2020 se convirtieron
en ángeles de consuelo que curaban.
Con todo su miedo
por ese maldito virus
que no respetaba a nadie.
Ya va pasando y siguen ahí,
con los nervios hechos añicos.
atendiéndonos bajo el sol
y bajo la luna,
No existe oro para pagarles
y algunos no tienen
asegurado ni el pan de cada día.
Yo les aplaudí y lo sigo haciendo,
homenaje muy pequeño
salido del corazón.
Y llamo a la conciencia
de los que gobiernan,
que anhelo la tengan a flor de piel,
y les compensen
por tanto sacrifico y generosidad.
Porque solo puedo añadir:
Gracias sanitarios, vosotros sí
que sois especiales.
Me uno a tus palabras y también les aplaudo y les doy las gracias a todos. Un abrazo Maribel
ResponderEliminarUn aplauso para estas personas cuya profesión debiera ser de las más reconocidas ahora y siempre, pues su misión no es otra que aliviar el dolor ajeno.
ResponderEliminarNo hay dinero en el mundo para recompensar a todas estas personas por la labor desarrollada. Precioso y merecido el homenaje que le has hecho. Gracias
ResponderEliminarGracias, gracias, gracias y corta me quedo para agradecer la valentía de esos profesionales.
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