El
autobús llevaba su ritmo
y
mi cara pegada
a
la ventanilla.
Miré
a mi derecha
esa
hermosura verde
con
sus altos árboles
y
sus flores multicolores,
del
parque esencia de Sevilla.
Me
vi con zapatitos de charol
dándole
de comer a los patos.
Pocos
momentos amables
de
mi infancia.
De
pronto, los volantitos
de
los vestidos de mis niñas
estaban
allí formando
parte
de ese todo.
También
les daban de comer
a
los palmípedos,
a
las palomas blancas,
que
las asustaban un poco.
Temprano
tienen más hambre
que
náufragos a la deriva.
Las
vi también
subiendo
al monte gurugú,
antaño
tan grande
y
después tan pequeño.
Pero,
el
autobús siguió su camino
y
me devolvió al mío.
Cómo cambia el tiempo, la perspectiva de las cosa !!! Añoranzas.
ResponderEliminarQué recuerdos vividos!de pequeña con mis padres disfrutando ellos de nosotros y nosotras de nuestros peques. Has hecho que lo reviva. Gracias
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