Las nubes cubren
ya todo el cielo.
Van quedando
escasas esperanzas,
nulas ilusiones.
De pronto un pequeño
resquicio de sol,
ha querido llegar.
No ha brillado suficiente.
Le puse ganas,
le puse deseo,
le puse sueños.
No han sido capaces,
porque los años
pesan más que los kilos,
no al revés.
Y de nuevo las nubes
tapan bonitos sentimientos.
Es la historia de mi vida.
Cómo iba a variar
cuando la piel
ya no está tensa.
No podía ser, no podía.
Cuesta resignarse,
pero hay que contar
cuentos inéditos
y sacarle todo el jugo
a nuestros días.
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