Varias navidades gastadas.
¿o cientos de ellas?
Con su magia,
su nieve en sueños,
su alegría ficticia,
sus luces, y cadenetas.
Arden los móviles.
Sonrisas por doquier,
gente, mucha gente
deseando felicidad.
Disfraz que me recuerda sin voz.
que la felicitación soñada
como agua que fluye y no vuelve,
nunca llama a mi casa,
Pero el tiempo que todo
lo pone en su sitio
me ha traido un pajarito
que me ha contado
que vas de flor en flor
como ave con alas ligeras,
aunque andas ya deshojado,
y que tratas al amor
como pañuelo de usar y tirar.
Haces fisuras que se vuelven heridas
que al cicatrizar
colocan los deseos,
la fantasía, la esperanza
en la puerta de atrás.
Es el tiempo que no perdona
pero sí el olvido que no llama.
La navidad con esa tristeza que en el fondo tiene detrás
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