Hoy el viento y el agua
han roto mi paraguas.
Y como una niña pequeña
me he puesto a llorar.
¿Por el paraguas?
NO
Por que por fin, se ha podido romper.
Tantos días de calor
con sudores a destiempo,
esta sequía que crece
y crece sin importarle
a quienes deberían,
a los que aman más los negocios.
Y yo llorando con mi paraguas
de color violeta
sin saber que era más grande
el sabor salado de mis ojos
o el agua que los tapaba.
Me ha encantado el poema y más todavía porque soy una enamorada de los días de lluvia.
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