Qué terrible que muchas vidas
dependan de las Danas.
Qué terrible que aumenten
con la mala gestión
de los cuidadores elegidos.
Qué terrible la mala memoria
de los que no la sufrieron,
pero se percataron.
Hay papeletas,
voces, letras y justicia,
aunque con mucha inercia
e incompetencia oscura.
Los que se fueron no volverán,
Habría que esperar
antes que la nieve se derrita,
que las ayudas
se hagan más que bien.
Los de primera fila,
los que pudieron evitar algo,
que no intenten lucrarse
como loteros, porque
el pueblo seguirá llorando.
No probemos únicamente
el zapato de cenicienta.
El buen hacer no está
solo en manos del cielo,
santos santorum.
Está en la memoria.
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