jueves, 17 de julio de 2025

COMO CUALQUIER ABUELA

 









Llaman a la puerta.

No es el cartero ni repartidor,

son las caritas más

lindas del mundo,

mis pequeñas nietas.

Entran atropellándose

la una a la otra, como siempre.

Olvidan el beso de llegada,

van directas a lo que más les gusta,

mi cinta dónde no aprendí a andar

pero lo parece, o el sillón mágico

que con botones se estira y encoge.

Abuela ¿Tienes patatas fritas?

o cualquier cosa.

El frigorífico y mis muebles

de cocina son duendes

que esconden sus preferencias.

Juegan, discuten, ríen,

riñen otra vez.

El reloj avisa que la vida

no se ha parado,

toca diana, hay que irse.

Yo cierro la puerta

después de la gloria

de sus abracitos,

con la ilusión puesta

en su próxima visita.

3 comentarios:

  1. Qué bonito y qué ternura la de los nietos pequeños. Es el bálsamo a tantos sinsabores.

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  2. Que tierno y que bonito el poema y que bien descrito. Me veo totalmente reflejada en él. Muchas gracias. Un abrazo Maribel

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  3. Tienes razón. Me gusta mucho. Gracias por habérmelo enviado.

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