Voy buscando entre la gente
En mis manos una cartera
que se llena de experiencias.
Veo a madres amorosas,
mi corazón sonríe.
Cuando no lo son,
mi corazón echa lágrimas rojas.
Veo parejas cogidas de las manos,
con guiños cómplices.
Mi corazón recuerda y goza.
Otras no se respetan ni aman,
mi memoria olvida.
Veo amigos sinceros,
se escuchan, se toman unas copas,
se hacen favores y se esperan.
Mi corazón nota la amistad
Otras, feas cosechas,
envidia, habladurías,
falsas palabras.
Mi corazón se angustia
y corroe mi espíritu.
Veo compañeros de trabajo,
risueños, amables,
con una taza delante.
no embustes ni zancadillas.
Mi corazón lo agradece.
Y así voy viendo la vida
nunca blanca nívea
ni negra de tormentas.
Regocijos y pesares
en mis días contados.
Así es la vida, una de cal y otra de arena, con los años vamos valorando cosas que cuando éramos jóvenes no se le daba importancia. Tú poema me ha hecho plantearme que a veces hay que mirar con detenimiento a nuestro alrededor y valorar lo que tenemos. Un abrazo Maribel
ResponderEliminar