Tengo un saco lleno de recuerdos.
Aquella fea muñeca
bonita para mí por ser la única.
Mis primeros tacones,
rotos porque eran heredados.
Fotos de novia
cortadas por la mitad.
Los bonitos gorros de mis niñas
y su relucientes títulos,
conseguidos por ellas,
sostenidos por mi espalda.
Más las sonrisas plasmadas
de mis dos nietas.
Tengo un saco lleno de dolores.
Porque me duele hasta hundirme
la muerte de un niño ya nacido,
a manos humanas que no lo son.
Los golpes que reciben
tantas mujeres
que oprimen mis entrañas
como sus crespones negros.
Y más aún las estúpidas
sonrisas de algunos
de ciertas tendencias
caídas hacia la total derecha
que deberían estar para evitarlas.
Tengo un saco lleno de soluciones.
Mucha educación
en las calles
en las escuelas
en los hogares.
Unos reyes sin corona ni magia
haciendo un mejor reparto
de oportunidades
viviendas para todos,
colegios a destajos,
trabajo con empresarios justos.
Y la sanidad que nos están robando
Para todos los seres
de cualquier color,
mujeres independientes,
que los velitos se los pongan
los inventores
Que cada uno duerma
con quién quiera
si los corazones se enlazan.
Un mundo sin guerras
que solo interesan
a quienes fabrican armas,
inventando y alentando odios
en lugar de tolerancia.
Todos los sacos tienen más cosas,
pero paro para cruzar
los dedos, anhelando que estos
deseos se hagan realidad.
Me conmueven tus palabras llenas de buenos sentimientos hacia la humanidad. Un abrazo
ResponderEliminarQué preciosidad de poema. Cuantos recuerdos, unos algo tristes, otros con orgullo de mujer luchadora y cuantos buenos deseos llenos de sensibilidad.
ResponderEliminarMagnífico poema, quién no se verá hermanada contigo, con otros recuerdos, con otras vivencias pero que representan la lectura de una vida y quién no tendrá los mismos deseos que tú. Me encanta tú poema lleni de sensibilidad y humanidad. Un abrazo Maribel
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