martes, 7 de agosto de 2018

CUALQUIER DÍA


 


 
El café no me sabe a nada,

la pereza es mi dueña,

llamo al esfuerzo y consigo arreglarme.

Salgo como todos los días

camino de mi cautiverio

esa oficina carcelaria.

Almuerzo solo como todos los días,

una mosca me molesta

como todos los días

Vuelvo al aburrimiento

nada nuevo, todo igual.

El desgranar de los minutos

se clavan en mi sien.

A la hora en punto

cruzo de nuevo la puerta

como todos los días.

El bus de siempre.

Mi piso sin vida.

Enciendo la tele, algo de compañía.

Me pongo el pijama,

cojo la tablet.

Ha sido otro día como tantos,

con el sentimiento de ver pasar la vida

como pompas de jabón.

 


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