Tus
miradas eran mi evasión.
Tus
palabras
sin
ser las deseadas,
eran
dulces caricias.
Tus
labios, mi sueño bonito.
Estabas
lejos de mí,
tan
lejos como otra galaxia.
Pero
mi corazón se empeñaba
como
globo que surca el aire
y
palpitaba por ti.
No
ha pasado nada,
ni
hadas celestes
ni
el infierno de Dante,
solo
que el globo se ha perdido.
Tus
ojos ya no me seducen,
tus
palabras no me gustan,
tus
labios son ceros vacíos.
Es
la vida,
que
teje y desteje a su antojo.
Lo defines muy bien. Es la vida. Un abrazo
ResponderEliminarQue manera más enamorada de contar las cosas.
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