Cuando me mira
la más pequeña,
con esos ojazos
en un cuerpo tan diminuto,
me hace creer en Dios.
Una cosa tan bonita
solo puede ser obra del cielo.
Tiene alma sevillana,
porque se le alegra la
carita
tras los pasos de misterio
y la música de los palios.
Esto inducirá a pensar
que estas líneas
son de alguien muy
religioso.
Nada a más distancia,
no puedo deglutir ninguna
religión
por su machismo
y sus flores mustias.
Pero igual que a ellas,
desde pequeña,
los pasos de esta Semana
Mayor
de mi ciudad mariana,
consiguen conmoverme.
Debe ser algún
cromosoma
que anda por ahí a sus
anchas.
Pues bendito sea.
Como no sentir esa belleza que se colaba por cada poro de nuestra piel, su olor su color su música su emoción es un todo que está grabado en nuestro interior. Precioso!
ResponderEliminarComo siempre, leerte me emociona. Y, aunque no se sea religioso, esta Semana Santa nuestra arranca, desde lo más profundo de nuestros corazones, unos sentimientos sólo comparables a los de la bondad de los niños.
ResponderEliminar