domingo, 24 de julio de 2022

SAVIA NUEVA

 

 



 




Es pequeña, tan chiquita

como cautivadora.

Es mi nieta.

Parece una adivinadora

con pocos añitos

Su boquita,

una caja de sorpresas.

Su hermana 

tiene ya más veteranía,

Empiezan a preocuparle

otras emociones y deseos.

La ropita para verse

lo guapa que es.

Amiguitas, amiguitos,

que como melones por calar,

podrán ser buenos,

o le romperán

el corazón sin tiritas.

La amargura estará ahí

como hilos cosidos a los trajes.

Pero aún disfrutan

del agua, de los juegos,

de los cumpleaños,

hasta que el devenir

las haga mujeres y recuerden

que estos tiempos

fueron un tesoro único

que no todos tuvimos.

Y rezo a lo que sea,

para que las penas no les rocen

y el cariño nunca les falte.

Pero mi alma se angustia,

al saber que esa 

inocencia tan sabia

se volatizará igual 

que vapor de lluvia.

Hay que agarrar el presente

como la fuente de vida que es,

y después…

soñar solo lo bello.



3 comentarios:

  1. Que verdad. Todas las abuelas tenemos esos miedos

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  2. Amor que nos transmites el sentir de las abuelas y que comparto. Disfrutar de ell@s hasta los últimos días de nuestras vidas. Un abrazo

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  3. Precioso. Como siempre, expresas de una manera bella y sentida cómo es la niñez de los niños que tienen la suerte de nacer en familias que les quieren y la incertidumbre de la vida.

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