Un día más sin pena ni
gloria.
Día corriente
algo menos anodino
porque es víspera de fiesta.
Tenderé la ropa
con pinzas de colores,
haré mi cama,
reducto cada segundo
más escaso de ensoñaciones.
Quizás, si los astros
me dan ganas,
ordenaré mis papeles,
no todos, ya forman una
legión,
e iré a almorzar cerca de
casa
con queridas amigas.
Temprano para que el calor
no nos atrape.
Al volver, de nuevo
comprobaré en la luna
de mi habitación,
que mis caras mejoras
van dando resultados
y el espejo ya no me hace
burlas.
Eran para ti. Las has
notado
pero no son suficientes.
No se pueden escalar
montañas solo con el deseo,
y desganadamente pensaré:
otro día más, otro día
menos.