martes, 20 de septiembre de 2022

TEMIDOS 80, CELEBRARLOS

 



 






Alargo mi brazo

y solo toco el vacío.

Miro a lo alto y veo nubarrones.

Quiero sentarme, sin asiento.

Estoy rodeada de gente.

La reunión reboza de alegría,

festejamos a una octogenaria.

Se brinda porque ha llegado

y se desean muchos más.

Triste alegría

porque lo que va a llegar

aunque metamos la cabeza

entre almohadones,

es más vejez,

más achaques,

más decadencia.

Sabemos que es mejor

que velas negras.

Yo no hubiese

cantado felicidad,

hubiese cruzado los dedos

para que la decrepitud

se quedase en la puerta.

Mejor dar gracias

por seguir disfrutando

del regalo que es la vida,

y chocar las copas

con la octogenaria,

negando toda amargura.



No hay comentarios:

Publicar un comentario