Abre el cielo otro domingo
más.
Es temprano, me levanto,
me asomo a la calle,
no pasa ningún ser
viviente.
Ni tan siquiera
algún religioso de algún
credo,
de los que piensan
van a ganarse la gloria,
a pesar de sus maldades
o de su triste historia.
Cumplen décadas y tampoco
quieren irse al edén
prometido.
Dicen que no dudan,
lo hacen, lo hacen
porque se aferran
a esta vida terrenal
con manos y uñas.
Tampoco circulan coches.
Hoy al menos mermará
la contaminación.
Hay gente con valentía
que ya optan por los
eléctricos.
No veo a nadie ni tan
siquiera
pasear a sus perros.
El Sol se ha despertado,
la gente todavía tardará
en darse los buenos días.
Mañana, será otro pesado lunes.
Es el ciclo hasta…
no tengo final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario