Cuando algo importa mucho
y se nos acerca,
vamos a mil revoluciones.
De pronto, el mal agüero
lo vuelve a alejar
y te sientes tan triste
como la negrura
del tiempo lluvioso.
Me gusta la lluvia, lo sé,
cuando no se identifica
con mis entresijos,
y tus escasas palabras
son polvo decepcionante.
El Sol volverá a calentar
y castigará a la Tierra
quién sin culpa
es víctima del ser humano.
Posee un gran paralelismo
con los días y días
que pasan por mí.
Lucirá el Sol, brillará la
Luna
y volverá a llover,
pero el muérdago
ni en estos días navideños
ni en otros cualesquiera
me va a cobijar.
Grita mi mente
¡arriba los corazones!
de momento,
el mío sigue quieto.
A pesar de la tristeza que encierra, me gusta cómo lo expresas.
ResponderEliminarLlega a erizar la piel cuando lees este poema.
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