Las calles al oscurecer
guardan el turno de la noche.
Los coches parecen saber
que van de regreso.
Hay cariños esperando,
o casas vacías con libros
y costumbres apiladas.
Algunos regresos
no son bien recibidos.
Es el día a día de cada uno.
Naces, vives, y ves las horas pasar.
Hay otras clases de cierres,
los cerrojos que te niegan
toda oportunidad,
o los corazones fríos
que llenan tu cercanía de hielo.
De nuevo ha anochecido
a la espera de otra madrugada
y sigues anhelando que tu vida
tenga los mejores sabores.
Y tengo un "epitafio" actual,
que ciertas "figuras"
que se han hecho ahora
dueñas del mundo
caigan, cuanto antes mejor
para un bien de aleluya
Que bonito y que triste a la vez. Muchas gracias por escribirlo. Un abrazo Maribel.
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