La primavera ha llegado
pisándole los talones al verano,
con un invierno por medio
que ni se ha sentido.
Y se siguen contaminando
las aguas que deberían
ser cristalinas como espejos,
ignorando el sufrimiento
y exterminido de todas
las especies marinas.
Y se talan indiscriminadamente,
bellos y centenarios
árboles, o directamente
se activan incendios.
Con la sonrisa torcida
de algunos políticos
tan pequeños como sus ideas.
Mientras,
voy con un cinturón de bolsas
para reciclar y me pasan
docenas de coches
emanando CO2.
Miro al infinito
y pienso lo inocente que soy,
pero mi conciencia me grita
que hay que dejar otro mundo,
a los que vienen detrás,
que ya están aquí.
Lo de creced y multiplicaos
tenía un fin,
ahora son los límites del planeta.
¿Habrá algún David
que pueda con este Goliat?
Como casi siempre, dándole esa sensibilidad social que te caracteriza. Muy bonito
ResponderEliminarMuy apropiado para los tiempos que corren, que a pocos les importa el mundo que vamos a dejar a nuestros descendientes. Un abrazo Maribel
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