Cuando el sueño huye,
la madrugada te come.
Se ha sentado
en el trono de tus anhelos
y te desvela sin motivo.
Cuentas los días,
siempre te falta uno.
Algunos ruidos vuelven
más fea la noche.
Ni siquiera te alivia
las migajas de recuerdos.
Agazapada está
la experiencia
de que el tiempo
pasa y no lo notas.
Tantos números en negros,
frente a pocos en rojo cereza.
Y oyes a los que trabajan
con esas pocas ganas,
recibiendo el rocío,
preludio del día.
Son esas noches largas,
que se vuelven tus dueñas.
Bien descrito el insomnio también. Me gusta
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