Es tan bonito el amor
como feo el desengaño.
No tiene edad,
puedes ponérsela
y bajar tus persianas,
pero se puede colar
por una rendija
incluso a destiempo.
Es difícil ponerles candados
a las emociones
y mantenerlos cerrados.
Sé que me rondaron amores
que valían mis deseos.
No los aprobé.
No tuve acierto o suerte.
Escogí pocos y malos.
Egoístas, misóginos que olvidan
que nacieron de una mujer,
y nos valoran menos
que yo a ellos,
duelo muy dudoso.
Vigilaré la persiana,
aunque ya me trato
de tú con la inevitable.
Mis días me dan
una suma vulnerable.
porque el sino ya es humo.
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