Lluvia contenida
dentro de mis párpados.
Mármoles fríos,
quiero que la templanza
se adueñe de mis días.
Los inolvidables,
los que quise y quiero olvidar.
Que se ahoguen mis lamentos
junto con mi frente permeable.
Mirar a las caras,
amigas o desconocidas,
sonreír cono si todo
fuese una milonga.
Dos pares de ojitos, ojazos
lo consiguen fácilmente.
Inocentes y sabihondos,
cuna de la edad,
y del paso de su tiempo.
Mañana también lo intentaré.
que se vuelva costumbre
mientras siga respirando.
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