sábado, 10 de agosto de 2024

EL MAR, LA MAR

 








Miro la inmensidad del mar

como piscina sin fin.

Sus aguas, me invitan

a sumergirme.

Parece que me llaman,

escucho mi nombre.

Sabe el de todos.

Me acerco lentamente

y sus olas me rozan.

Me quedo quieta, hipnotizada

con su extensión, con su color,

con sus apacibles olas

como caricias furtivas.

Si hay gente, no las veo

solo el cielo, el mar y yo.

Y me adentro sin pensarlo más.

Sus aguas me balancean,

momento fresco, sencillo, feliz.

Cuando salgo, me espera

mi toalla de vivos colores

que me abraza, y aún desde

la orilla lo sigo mirando.

Me subyuga, como tantas veces.


3 comentarios:

  1. Qué bonito. Describes perfectamente lo que se siente al bañarse en el mar un día de estos en los que eres consciente de la inmensidad de la naturaleza.

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