Cuántas veces necesitamos ayuda
desde nuestra venida.
Que mezan nuestra cuna,
que jueguen con nosotros,
que nos enseñen sabiduría.
Primero, pasan despacio los días.
Luego se van dando prisas
que nadie les pide.
Necesitamos ganarnos la vida,
con suerte, con mucha,
nos llega algo bueno,
siempre mejorable.
Amamos y si no nos aman
necesitamos ayuda para olvidar.
Llegan los hijos,
a veces sin llamar.
Te esmeras, los quieres
con sus defectos,
deseando sean solo buenos.
El diablo puede cruzarse
y se cruza, entonces
necesitas ayuda
de ángeles y santos
si los hubiese.
Te tienes que preparar
para el adiós definitivo,
es la última ayuda.
¿Recibiste alguna,
o te viste solo
como cuando te miras
en un riachuelo?
Cada epitafio tiene su historia.