domingo, 23 de enero de 2022

CUALQUIER MADRUGADA




 





El Sol se ha ido ya a dormir

y la luna brilla en su plenitud.

El silencio se adueña

de las calles

y las flores perfuman

con más olores.

Una noche bonita,

si no fuese por los golpes

que reciben tantas mujeres

en esos momentos.

O las bodas monstruosas con niñas.

O esos pequeños metidos

en el más vil de los negocios.

Ni siquiera los animales

se libran de las animaladas

de algunos mal llamados,

seres humanos.

Cierro la ventana y mi mente.

El corazón duele mucho.

Mientras, sin creer,

musito una oración.

No sé si mis plegarias

como mis pequeñas dádivas

llegarán a alguna parte,

pero aun así, rezo.

2 comentarios:

  1. Qué tremendo y verdadero es este poema.

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  2. Siento que me invade tal malestar y tristeza al ir leyendo este poema que pocas son las palabras.

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