jueves, 20 de enero de 2022

MI CAFÉ VESPERTINO




 






Son las cinco y me caliento

el café de la tarde,

como si fuese inglesa

solo que no es té.

Rutina de tantos días.

En mis años no locos

de juventud,

con sus sueños,

algunos truncados

y otros que prendieron mecha.

Con mis niñas de pequeñas

mientras jugaban y crecían.

-       -Al hacerse mayores,

que alegría indescriptible

el sonido de sus llaves

en las tenues madrugadas.

En esos atardeceres

ya solitarios,

o con amigas del alma.

No puedo contar ni quiero,

tantas tardes

Esa cuenta es más grande

que la que aún me alumbra.

Habrá que aprovecharlas.

Mientras, saboreo el café

de las cinco de la tarde

2 comentarios:

  1. Precioso poema al olor del tan sabroso aroma del café acompañado de ese recorrido por los recuerdos. Genial!

    ResponderEliminar
  2. Qué bonito, como siempre. Describes perfectamente el placer de tomar café. En compañía, lo que supone charlas, risas, gozar de momentos entrañables, y, en solitario, sintiéndonos a gusto con nosotros mismos y con nuestros recuerdos, reviviendo el pasado lleno de nostalgia.

    ResponderEliminar