Me despierto
y me siento al filo de la
cama.
Es mi momento de pensar
antes del cafelito que me
llama.
Recuerdo
aquel aciago día
que me pusieron unas gafas
que pesaban más que yo.
Recuerdo
los fracasos
de mis ilusiones amorosas.
Recuerdo
esas otros logros
importantes que he
conseguido
por la gracia de los dioses.
Sacudo la cabeza,
desaparecen los recuerdos.
Me veo reflejada
en mi bonito armario
que brilla sin espejos.
Me levanto
como todos los días
a encontrar la mejor forma
de sentirme bien,
feliz, tranquila,
como el globo que se mece
en el espacio.
Al llegar la noche
no quiero hacer
examen de conciencia.
Esta no me molesta
y no está encallada.
Han pasado las horas
de sol a luna, y tú sigues
en mi pensamiento
tan lejano como la giualdad
entre los seres humanos..
Repito, como siempre, me encanta leerte. Describes, de manera muy bella los sentimientos que nos embargan.
ResponderEliminarMary Carmen, he leído tus poemas. Me han gustado todos aunque hoy no me salgan las palabras. Un abrazo. Paqui
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