Me paseaba en mi caballito
de cartón de color rosa.
Por la mente aferrado aún,
el aroma de los Magos de Oriente
con sus sacas llenas de juguetes.
Cocinitas para las niñas,
cochecitos para los niños.
Azul y rosa.
El azul avasallando al rosa.
Esa fue mi infancia.
Me llegaron los 15, los 16…
y me enseñaron a soñar
con el príncipe azul,
hasta que asimilé
que la aristocracia
solo es un gasto caro.
Uno a uno cayeron
todos los estereotipos.
Tuve que luchar
contra fieros dragones
para llegar a la misma meta
que cualquier hombre.
Nunca tiré la toalla,
aún la llevo al cuello.
Hemos abierto pasadizos
en el túnel de la opresión,
y a pesar del escaso
talento de mucha gente,
mujeres de todas partes:
¡Sigamos!
Que bien describes la infancia y juventud que hemos vivido las que ya tenemos una edad, espero y deseo que este poema tenga mucha repercusión y ayude a cambiar esta división de azul y rosa in abrazo.Maribel.
ResponderEliminarComo siempre, describes, con mucho acierto, la época que nos tocó vivir a las mujeres de nuestra generación.
ResponderEliminarOjalá, aunque nosotras no lo veamos.
ResponderEliminarQue así sea!
ResponderEliminarAunque queda aún por hacer, la sociedad ha cambiado mucho, ojalá no retroceda.
ResponderEliminar