Hay días muy señalados,
otros tienen nombre propio
como el de la luz
de una Virgen marinera.
Se viven creencias con fe o sin ellas.
Santos, cielos y vírgenes.
Los demonios sí existen. aún sin fe.
Son muchos y andan entre nosotros.
Les dejamos, porque aunque
hay espadas imaginarias
de justicia que podrían con ellos,
están envainadas,
porque sirven a intereses humanos.
En esos días con nombre,
día tan marinero,
la tradición apunta
a que me van a rodear quienes
me muestran su cariño,
su amistad o sus parabienes,
Así son las cosas
y así hay que aceptarlas.
Antiguos cariños que te recuerdan,
aquel ramo de rosas rojas
que la memoria ha borrado su olor.
Los del presente, la familia
incluidas esas personitas
que ahora son la sal de todo.
Un día entrañable, sentido
con felicitaciones y besos.
Ósculos que se aparcan casi siempre
hasta las otras fiestas tradicionales,
pascuas y años por estrenar.
Por eso, bienvenida
Virgen del Carmen,
onomástica mía.
Que bonito y que Virgen más bonita.
ResponderEliminarMe ha encantado leer cómo percibes y vives el día de tu Santo. Como siempre, precioso.
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