Como los vientos
te envuelven en remolinos,
los sentimientos
te llenan de tristeza
o de risas sin rostro.
Te sostienen, las sientes
adentrándose en ti.
A veces las conoces
sabes cuando nacieron.
Otras te envuelven
sin decírtelo al oído.
Llegan, se van, vuelven
como el frío,
como la lluvia,
como la niebla.
Pero una sonrisa o un abrazo
te colman de primavera.
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